Desde que la profesora Torres y un servidor publicamos el libro “Los Reyes del Grial”, éramos perfectamente conscientes que las críticas iban a ser duras y numerosas. No se puede ir contra el orden establecido y no pagar un peaje, eso estaba claro. Inclusive, en la presentación de la publicación allá por el mes de marzo de 2014, ambos manifestamos nuestra total y absoluta disposición al debate, sabedores de por dónde iban a ir las cosas.
El tiempo nos ha dado la razón, pero sólo en parte. Durante todo este periodo, hemos recibido críticas como esperábamos pero, sorprendentemente, la mayor parte no entraban en materia. Un simple “no se puede buscar lo que no existe” y aquí paz y después gloria. Posibilidad de debate: cero.
Teníamos varias posibilidades, desde entrar al trapo y contestar una tras otra estas “críticas” que recibíamos o mantener cierta distancia y asumirlas como parte de la cuestión. Optamos por esta última lo que, según nos ha ido llegando, ha enfervorizado aún más a nuestros censores.
Pero, últimamente, están llegando una nueva hornada de ataques, que no críticas, hacía nosotros. Ataques duros, algunos sobrepasando la falta de respeto, que si bien nos sorprendieron en un principio, tras un pequeño y somero análisis encajan perfectamente dentro de un plan general más amplio.
Más por curiosidad de por otra cosa, me puse a indagar el por qué de estos ataques furibundos llegados desde sitios en los que, en principio, no tenía relación. La búsqueda fue somera porque rápidamente empezaron a aparecer nexos y uniones que explicaban en buena medida esta ristra de embestidas.
El mundo universitario, como en el resto de sectores, está lleno de familias, grupos o amistades que hacen frente común ante cualquier cosa. Congresos y publicaciones forman parte de un largo etcétera de estas relaciones que como una gran tela de araña se extiende por este mundo.
Y entonces, milagrosamente, aparecieron congresos, publicaciones y una larga lista en la que estos modernos inquisidores aparecían juntos y en buena armonía. Están todos los que son, pero son más de los que están porque siempre los más listos se quedan en un segundo plano. Y digo esto porque uno de los errores que suelen cometer estas alianzas en pensar que todo el mundo está en sintonía con su parecer y mandan mails a diestro y siniestro a gente, que en algún caso, tiene más afinidad con nosotros, quedando al descubierto.
Así pues, lo que parecía una simple crítica a una publicación se convierte en una revancha personal que poco o nada tiene que ver con “Los Reyes del Grial”. A lo largo de nuestras vidas laborales, han existido acciones que, por múltiples motivos (presupuestarios, etc), no han llegado a buen puerto. Curiosamente, esos tapados son los que, de una forma u otra han estado detrás de esas acciones y quieren cobrarse la pieza a modo de desagravio.
Lo único que me da realmente pena es que estas andanadas provengan en origen de leoneses, algunos de ellos no afincados en León. Seguiremos tratando de no entrar al trapo. Así es la vida…
Y para el que quiera saber más de lo que estoy hablando, aquí dejo los siguientes enlaces
El libro del Grial es una operación editorial y política
Hola, José Miguel. Esto es así. Excusa no pedida, acusación manifiesta. Los «círculos» son bastante endogámicos y autocomplacientes: lo que no sale de ellos, sencillamente, no existe: lo cual es bastante virtual, pero si les complace autoengañarse qué le vamos a hacer. Un reconocimiento internacional no se si les levantará el animo o les hundirá del todo. Como nos vemos en la esgrima o paseando al perro, ya hablaremos. Saludos a Margarita.